17.12.06

Emociones

Todo comenzó despertando minutos antes de lo esperado. Un mensaje diciendo que estaban publicadas las notas. Aprobada con un 39,5. Lo justo, lo necesario. Se sentía un día perfecto.
Le tocaba cocinar, y en el momento surgió la mente divergente creando una mezcla de condimentos y elementos nunca antes probada. Sí… el almuerzo prometía.
Cabe recordar que la perfección en su totalidad no existe. Un percance en el almuerzo le permitió saborear no más de 10 “tenedoradas”. Ese nudo en la guata que sube hasta la garganta y lágrimas corriendo, hicieron que sólo deseara aire.
Al menos, pudo antes dejar algo calmada su conciencia, escupiendo las palabras que corrían por su mente más rápido que la velocidad de la luz. Cogió el bolso con las cosas esenciales, y partió. Los pasos se dieron solos. El Paseo Bulnes le esperaba con sus brazos abiertos como siempre.
Fue por un helado, y noto que sí; éste puede calmar algo las penas del alma y del corazón. Se sentó en la sombra, al frente de una de las fuentes de agua, y todo ser que pasaba le miraba con cara de lástima, de cuestionamiento. A esas alturas ya llevaba escuchado más de la mitad del disco de Thievery Corporation que guardaba en su MP3. Las lágrimas fueron cesando gracias al abrazo acogedor del viento y de las gotitas que se escapaban de la fuente gracias a él.
Se cambió de lugar al sol. Ya había recibido la energía del agua, el viento y los árboles. Faltaba la luz, el calor… No pudo haber momento preciso ni lugar preciso como para comenzar la lectura del nuevo libro. Ya todo se estaba aclarando, el aire renovador estaba al máximo volumen, y volvió la paz junto a la calma. Creyó que el día sí podía llegar a ser perfecto.
Caminó hasta el CCPLM y sin esperarlo, pudo ver las exposiciones gratis por ser domingo. “Del Otro Lado”, arte contemporáneo de mujeres en Chile y “Amrik”, presencia árabe en América del Sur.
Al volver a tierra firme, el día le daba la bienvenida a la nueva alma que emergía de la profundidad de la tierra. Los árboles que se mecían por el viendo, el sol que comenzaba a caer, y las fuentes esplendorosas en medio del paseo, le hicieron pensar que no todo había sido tan malo.
Al pasar por el parque, fue imposible no cortar una flor, que quedará guardada por siempre como el fiel recuerdo de un día lleno de emociones… que será difícil de igualar.

8 commentaires:

Anonyme a dit…

Buen relato que combina cosas que no se han dado, como sentimientos y localidad, ya que muchos relatos no se vinculan mucho con nuestro país precisamente...

Saludos y mucha suerte.

Cami a dit…

De verdad era un texto lleno de emociones^^

Saludos y un abrazo^.^

Anonyme a dit…

Tenía un toco melancolicamente agradable. Me gustó.

Feliz Navidad!

Pipiolex a dit…

Así se comporta el arte frente a la realidad. Cada uno le da una mano a la vida.

Saludos desde CHile y Feliz NAvidad

Hernán Rodríguez D. a dit…

Escribe con gracia...saludines
felcies parties !

[Sinconsciente] a dit…

Hasta que se llenó tu blog... viste que es fácil sacar más de cinco comments aunque no lean lo que escribes? Feliz Navidad.

[Sinconsciente] a dit…

Y tú que creías que nadie pasaría por acá ahora tienes hasta elogios notables... como el que me atrevo a dejar. Felicitaciones por lo escrito porque yo sé dónde es. Conozco cada uno de los pasos y aunque suene psycho... viajé mentalmente en tu recorrido. Salvo el helado.

Don Quijote y Sancho a dit…

Felices fiestas. Sigue fluyendo con la vida. ¿Te has dado cuenta?
¡Qué bien!

Un beso