18.5.07

Nebulosa

¿Conoces esas telas por las que el agua resbala?. En eso creo que me transformé. Por tanto tiempo el agua impregnaba todo lo que rociaba, tocaba. Se refugiaba en ello, concentrándose por largo tiempo. Hasta que, apareció la nueva creación. Tuvieron que suceder muchas pruebas para llegar a lo esperado, a aquello que sería útil y oportuno para tantas cosas.
Impermeabilidad... cuando la anestecia se hace potente ante toda prueba. Ni una gota de agua supera. Gran logro la impermeabilidad plena.
¿Has estado sobre una camilla, y ver como el cielo se va nublando, hasta que despiertas en una sala de recuperaciones algo perdido?. Allí creo que estoy, sin saber qué es lo que ocurre realmente. Puedo jurar que si lo se, pero a ratos, no estoy del todo segura.
Pero la seguridad es tal, que el resto no toma importancia. El regresar a un tiempo pasado no llama la atención, y llegar a aquello añorado un tiempo atrás, se siente no valer la pena.
Miras hacia atrás y notas que no perdiste el tiempo del todo, que los sucesos eran necesarios. Cuando creías que la probabilidad era bajísima, y retumban un par de frases como eco, junto con unas lecturas y esperanzas entre telarañas. Los sueños llegan a la inconciencia por la noche, y piensas que todo es por algo.
Pero, ya es tarde. Por una parte de la ecuación, ya es tarde. La otra mitad sigue más viva que nunca, y eso agrada. Ese anti-complementarismo se siente bien. Lo que siempre debiste haber logrado, pero nunca lo habías pensado.
Sí queda claro que los acontecimientos venideros son una real incógnita, que pueden traer consigo una serie de sorpresas con música mágica incluída, que estará por siempre en la retina de lo divino.
Es que es grato el estar tan bien. El no saber que escribir, ni que sentir, ni que pensar... porque no hay nada que analizar. Para qué perder el tiempo en ese tipo de cosas, si la vida ya te enseñó que lo inesperado es... simplemente es, y que esta es una rueda de nunca parar de girar.