12.7.09

Sin un fin

Sabía que se tropezaría con la piedra una y otra vez. No era cuestión de que se lo planteara, sino que implícitamente caminaba hacia ello, tal perro hambriento que busca el hueso en medio de la calle.
Pero las cosas cambian lentamente. Deben cambiar, aunque sea momentáneamente o producto de un ciclo que se repite mediante frecuencias dignas de una fórmula matemática. Cambia porque la inercia no persiste por siempre, y de una u otra forma algo se hará presente para encaminar las variables hacia nuevos puntos, hacia otras coordenadas de aquello que engloba el material tangible y ordinario.
Y así es como comienza a decantar la introspección. Mirada interna que a ratos se torna completamente necesaria para la subsistencia propia. Y allí es cuando me miro y pienso que algo se está escapando... una variable no encaja en lo que creía ver a primera instancia.
[Fluir sin un fin más que fluir...]

5 commentaires:

bufonazo a dit…

las cosas cambian...pero dicen que son ciclicas tambien...asi que ojo...

yo ahora tengo panza...jajaajaj cambie...ajajaja no, mentira...!

Ali G. a dit…

El futuro dejado a sí mismo, solamente repite el pasado.

El cambio sólo puede ocurrir ahora.
como dice heráclito, (y tambien tu), Todo fluye.
saludos

LiterataRoja a dit…

la introspección nos hará ver cuánto cambiamos, cuánto perdimos, y cuándo aún nos queda por ganar.

muy lindo!
besos!

Krisalys a dit…

Muy reflexivo!!!... Las cosas fluyen en el momento en el que uno decide que así sean y no importa cuántas veces tropecemos con la misma piedra puesto que sólo fluirán cuando nos decidamos a ello... Saludos

markín a dit…

de un modo que parece imperceptible, de un modo que sentimos traerá o encaminará a algo más.

Algo se percibe, y nos damos cuenta cuando ya es tarde, o cuando no hay remedio... o mejor aún, cuando nos queda sonrisa y sabemos que debemos superarl y/o disfrutarlo.

CHau