4.10.06

Click


Todos los días cruzo el mismo parque. Un día cualquiera me salté un tramo, cambiando el lugar de mis pasos por la acera. Fue así como descubrí una flor, que emergía tímidamente entre unas hojas verdes que comenzaban a secarse.
Desde ese día que cambio la tierra por el pavimento, solo para apreciar esos pétalos lila. Desde ese día, comprendí el trasfondo de cosas que aparentan no tener sentido.
Solo bastaba cierto grado de sensibilidad, para que lo invisible a mis ojos se tornara en un haz de luz.

Hoy pasé por el lugar, y la flor no estaba.

“-Si alguien ama a una flor de la que sólo existe más que un ejemplar entre los millones y millones de estrellas, es bastante para que sea feliz cuando mira a las estrellas. Puede decir satisfecho: "Mi flor está allí, en alguna parte…" ¡Pero si el cordero se la come, para él es como si de pronto todas las estrellas se apagaran! ¿Y esto no es importante?”

… y por un instante, creí que las estrellas se habían apagado.

Un hilo de luz atravesó la penumbra, partiéndola en dos. No se si fijar mis pies en la derecha o la izquierda. Me acerco a la tranquilidad de la cordillera, o a los sonidos y movimientos del océano...

Quiero detenerme donde mi corazón lata más fuerte, y esperar allí a ver mi sombra reflejada en el suelo.

¿Y que tal si estiras algo más tus pies...?

1 commentaire:

Cami a dit…

Me gusta lo que has escrito, me llamo mucho la atencion la flor, a mi me gusta apreciar las cosas más simples de la vida y siempre ando pendente de esos detalles que pareciera que nadie nota, como en este caso la flor.

Saludo :)