20.11.07

Duditativamente Dudoso

Solo bastó una mirada a los ojos. Él sabía perfectamente lo que ella diría y lo que preguntaría. Se lo decía su caminar, su tono de voz y el movimiento de su pelo. Así, como ella siempre lo sacudía y a ratos agarraba con fuerza, como queriendo soltar todo de una vez, y encontrarse atrapada por no saber el cómo.
Él conocía hasta su más mínimo movimiento... y el de toda ocasión. Sabía que si ella entrecortaba la voz y se daba mil vueltas sobre el mismo punto, se abrazaría a algo de ambos. De esas historias pasadas y a ratos olvidadas, tanto adoradas como odiadas, que se decían no tener significado alguno. Tal vez ella mentía al respecto. Quizás él lo hacía, sin intención alguna, y con una vaga certeza.
Ella esperaba un no te quiero, para dejar esos trapos sucios de lado y caminar libre por el sendero. Lo quería así, sin anestecia. Lo añoraba, pero a la vez no quería ver perdidos tantos segundos de su vida. Sinceridad, eso era lo esperado. Pero, ante los ojos de él, también eso era lo deseado. Ante sus ojos, ocurría lo mismo.
Esa tarde, ella tenía un presentimiento. Le dolía cuando eso ocurría, porque no traían consigo buenas noticias. La preparación, se había esfumado. Sabía lo que oiría, pero no quería que fuese ese día.
Él, estaba inquieto. El brillo de sus ojos ocultaba el detalle inesperado. Ella se dejó llevar. Corría viento, y quizo ser una partícula más.
Por ambas mentes pasaron tardes de lluvia y de sol. Días de guitarra y caminata. Conversaciones varias. Palabras que ni uno ni el otro osaban a aclarar o rechazar. Cosas del pasado, pensaba ella. ¿Y si era mentira?, ¿y si no me quiere?, pensaba él.
Ella estaba en las mismas. Frente a eso, tal vez frente a un soy gay lloraría menos. Se reiría, con esa risa que para él era odiable... ¿odiablemente amada?. Algo que él temía aceptar, y que a ella... le pasaba igual. No encontraba normal pasar por todo esto. Como fuera, sólo quería dejar los malos ratos atrás y palpar por vez primera la realidad de sus emociones. Ese no te quiero, iba a ser la piedra angular de toda una historia de jugueteos ocultos y palabras disfrazadas, que llegaban a una primicia ideal, de la que todos tenían hasta la mas vaga idea... menos ellos.




Love is just a game...

4.11.07

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Todo esto tiene una especie de por qué. Sí, a ratos ni yo entiendo a qué voy. Pero me gusta. Porque simplemente dejo que los dedos presionen cada tecla, siguiendo un camino que se traza en el mismo instante. Tal vez persiguiendo una pequeña chispa que surge de mi, o de lo que tengo al lado, o de lo que vi ayer o pasado... pero se va condensando, y todo nace en el aquí y ahora... sin nada más. Sigue una linea ondulada o curvilínea, que voy imaginando como un flash en la mente. Me agrada mirarla luego de lejos, para ver que tal la forma que tomó. Si dio muchas vueltas, o si permaneció recta... como nunca lo hace. Porque el camino recto es fome. Entre comillas, sabes donde pararás. Si inicias el viaje en Arica, terminas en Puerto Williams... ¿y si nos ponemos a girar como un trompo en el desierto?, podemos llegar a lo nunca imaginado, nisiquiera a lo soñado. Porque se hace camino al andar, y es lo "mágico" de todo esto. Aunque se terminen matando las polillas y se extinga el polvo mágico de las hadas, algo queda por esperar. Existe la pequeña sensación de que esa utopía pueda llegar a rozar la punta de los dedos, pero si no hay capitán que comande tal embarcación, algún ente, por muy minúsculo que sea, estará esperando su momento para demostrar lo que sabe, y jugársela... ya sea por derrumbar el barco, o por hacer reír a las estrellas con su pésimo sentido de orientación. Ahora, sin querer todo se fue a la nada. No es que guste de enredos, pero es que nunca sé donde irán a parar las cosas. Si relatara la historia perfecta, el cuento maravilloso, no me tendría gracia. Porque al final yo no soy la que escribo. Simplemente presto los dedos, y esa especie que me gana siempre aquí, la lleva, y puede que haga vomitar al resto, como llorar. Reír o cantar. Es la gracia de que no todos seamos iguales. Sí, nacemos y terminamos muriendo igual, por muy rey o vagabundo que se sea. La comida de los gusanos será la misma, y pagando por el ataúd más bello, o lanzándose a la fosa común, da igual... el gusano se descompondrá, y terminaremos acabando vitaminas para los árboles, añorando tocar con las ramas la mas mínima superfie de nube.

[y no es un perdón...]